Alumnos

Esto es Fulcrum. Excelencia académica, calidad humana y compromiso profesional. Vení a Fulcrum.

Agradecida con esta institución que me acompaña en cada paso que doy. Como estudiante, me nutro día a día en este sendero. Maravillosos docentes y amplio material para aprender todos los días.

Fulcrum es para mí un antes y un después en mi vida. Ser osteópata era un sueño desde hace muchos años pero nunca imaginé la calidez que se vive en Fulcrum. Dice el diccionario que Fulcrum es sinónimo de fulcro y por ende es un punto de apoyo; en nuestra Escuela de Osteopatía Fulcrum siempre encontras un punto de apoyo, de un compañero, de un docente, de la secretaria, del director, aún una vez que egresaste seguís teniendo cotidianamente ese punto donde apoyarte.

Estudiar en Fulcrum me cambió la vida.

Llegué buscando aprender una profesión, y encontré mucho más que eso. Aprendí a estar presente, a estar con el otro, a estar conmigo. Aprendí sobre el cuerpo, sobre la salud, sobre cómo acompañar a otros… pero también aprendí a habitar el contacto, a confiar en mis manos, a mirar con el corazón. Fulcrum me enseñó a confiar en la caricia muda, en el silencio tibio de la espera, en el latido ajeno como propio.

Fulcrum no solo me formó como osteópata: me ayudó a ser mejor persona. Salí de Fulcrum con las manos más manos, el cuerpo dispuesto y el alma respirando grande.

Mi nombre es Santiago D’ Alessandro soy DO. en osteopatía formado en la Escuela de medicina Osteopática Fulcrum. Hace 15 años tengo un fuerte compromiso con dicha institución, primero como alumno y en la actualidad como docente en el primer y en el cuarto año de la carrera. También cumplo una tarea en la organización académica de las materias viscerales, como Jefe de Área.

Por eso cuando pienso en Fulcrum pienso en el lugar que me formo y me di las herramientas intelectuales, prácticas y filosóficas para desarrollarme profesionalmente, tanto en el consultorio como en una clase formando a las futuras generaciones de osteópatas.

Llegué a Fulcrum hace 13 años con el deseo de aprender a sanar. Me encontré con una medicina diferente, que busca la causa y aborda a la persona de forma integral, respetando profundamente las leyes de la naturaleza.
Aprendí a escuchar, acompañar y confiar en la capacidad del cuerpo de autoregularse. Eso es la Osteopatía: ser ese punto de apoyo —ese “Fulcrum”— para que el otro encuentre su equilibrio y salud.
Fulcrum es también una familia, un lugar de humanidad y compromiso.
Hoy, como D.O. y docente, celebro este camino y el trabajo por mantener viva esta medicina en su forma más pura.